martes, 2 de octubre de 2012

VIVE ESTE MOMENTO

No sé cuántas veces habremos oído decir: “La vida es un regalo”. 

Y sin embargo, en todo lo que hacemos, en todo lo que ocurre, no siempre lo vemos de esa manera. 

Oímos que la vida es valiosa. Pero en la rutina diaria de ver gente, gente, gente por todas partes; en la rutina diaria, mientras intentamos salir adelante… quizá se nos olvida. 

Y cada mañana tiene que sonar la alarma para despertarnos. Y cada mañana, vamos pensando, mientras pasamos por la rutina diaria, pensamos en lo que va a ocurrir. 

Sabemos lo que queremos que ocurra. Sabemos que “tengo que ir a la parada del autobús”, o “tengo que subirme al coche”. “Debo ir a la oficina”, “debo ir a la tienda”, “debo ir…”. 

Y todos esos “deberes” que colocamos por delante de nuestra existencia. 

La existencia es un río… y va pasando. 

Y algunos tratan de remar con las manos, diciendo: “Más rápido, tengo que ir más rápido…”. 

¿Por qué quieres acelerar? ¿No sabes lo que te espera al final de esta visita? Es evidente. 

Pero algunos quieren acelerar, y el tiempo no les deja. 

El tiempo es algo maravilloso. 

Pasa muy rápido, pasa muy lento, pero no te deja ir más rápido o más lento que él. 

Estás atrapado, atrapado en esta barquita que va navegando… 

No va a ir más rápido de lo que debe, ni tampoco irá más despacio. Va realizando su travesía. 

El destino de este viaje no está al final. El destino es ahora. El destino está dentro. 

El propósito de este viaje no es ir del punto “A” al punto “B”, sino disfrutar de cada fracción de instante entre esos dos puntos. 

La sencilla inocencia de la vida. Despertarse por la mañana y estar feliz, sin ninguna razón en absoluto. Eso es simple inocencia. 

Estar vivo, y estar contento de estar vivo. 

Estar consciente, consciente del disfrute. 

Estar consciente del “ahora”. 

Es entonces cuando el viaje empieza a ser hermoso. 

Es entonces cuando empiezas a comprender lo que es la sencillez. 

Es entonces cuando empiezas a comprender que esto de verdad es un regalo. ¡Un regalo! 

Vive este momento, cada momento, de la forma más consciente que puedas. Y disfrútalo. Lo esencial es disfrutarlo. 

Prem Rawat
DIEZ SECRETOS PARA EL AMOR ABUNDANTE 


El primer secreto del amor abundante es EL PODER DEL PENSAMIENTO. 
El amor comienza con el pensamiento. 
Nos convertimos en lo que pensamos. 
Los pensamientos amorosos crean experiencias y relaciones amorosas. 
Las afirmaciones pueden cambiar nuestras creencias y pensamientos acerca de nosotros mismos y de los demás. 

El segundo secreto del amor abundante es EL PODER DEL RESPETO. 
No puedes amar a nada ni a nadie a menos que antes lo respetes. 
La primera persona que merece tu respeto eres tú. 

El tercer secreto del amor abundante es EL PODER DE LA ENTREGA. 
Si deseas recibir amor, ¡todo lo que tienes que hacer es darlo! 
Antes de comprometerte a una relación, no te preguntes por lo que la otra persona te pueda dar, sino por lo que tú puedes aportarle a ella. 
La fórmula secreta de una relación amorosa, feliz y para toda la vida es centrarte siempre en lo que puedes dar, en vez de en lo que puedes sacar de ella. 

El cuarto secreto del amor abundante es EL PODER DE LA AMISTAD. 
Para encontrar un amor verdadero, primero debes encontrar a un amigo o a una amiga verdadera. 
El amor no consiste en mirar a los ojos del otro, sino en mirar juntos en la misma dirección. 
Si deseas introducir amor en una relación, primero debes aportarle amistad. 

El quinto secreto del amor abundante es EL PODER DEL CONTACTO FÍSICO. 
El contacto físico modifica una de las expresiones más poderosas del amor, destruye barreras y crea vínculos entre la gente. 
El contacto físico altera nuestro estado físico y emocional y nos hace más receptivos al amor. 
El contacto físico nos ayuda a que el cuerpo sane y enternece el corazón. Cuando abres tus brazos, estás abriendo el corazón. 

El sexto secreto del amor abundante es EL PODER DEL DESPRENDIMIENTO. 
Si amas algo déjalo libre. 
Si vuelve, es tuyo; si no lo hace, nunca lo fue. 
Incluso dentro de una relación amorosa, la gente necesita tener su propio espacio. 
Amar significa desprendernos de nuestros miedos, prejuicios, ego 

El séptimo secreto del amor abundante es EL PODER DE LA COMUNICACIÓN. 
Cuando aprendemos a comunicarnos abiertamente y con sinceridad, la vida cambia. 
Deja que la gente a la que amas sepa que la amas y aprecias. 
Nunca tengas miedo a pronunciar las palabras mágicas: "TE QUIERO". 

El octavo secreto del amor abundante es EL PODER DEL COMPROMISO. 
Si deseas amor en abundancia, debes establecer el compromiso de lograrlo, un compromiso que se reflejará en tus acciones y en tus pensamientos. 
El compromiso es la verdadera prueba de que el amor está presente. 
Si quieres tener una relación con amor, debes comprometerte a crear la relación que quieres. 
El compromiso distingue una relación frágil de una sólida. 

El noveno secreto del amor abundante es: EL PODER DE LA PASIÓN. 
La pasión enciende el amor y lo mantiene vivo. 
Una pasión duradera no proviene exclusivamente de la atracción física, sino que se origina gracias a un profundo compromiso, entusiasmo, interés y fascinación por la otra persona. 

El décimo secreto del amor abundante es EL PODER DE LA CONFIANZA. 
La confianza es esencial para establecer una relación con amor. 
Si un miembro de la pareja está cegado por la sospecha, la ansiedad y el temor, el otro se sentirá atrapado y emocionalmente ahogado. 
No puedes amar a una persona plenamente a menos que confíes en ella. 
ESTABILIZAR LA MENTE EN TIEMPOS DE CRISIS

En tiempos de crisis, de dificultades, cuando se mueven y se derrumban los puntos de apoyo que te aportaban seguridad, sea esta material, afectiva, social, etc.,es probable que te encuentres en un estado mental confuso, disperso, tenso, ansioso o preocupado por lo que pasa y lo que va a pasar. 

En China el ideograma que expresa la palabra "crisis" esta compuesto por un ideograma cuyo significado es "peligro" y otro cuyo significado es "oportunidad". La percepción es la clave que determina si en medio de una crisis tu ves una oportunidad o peligro. 

Si percibes exclusivamente peligro los niveles de estres se dispararan y tu estado mental no sera de los mejores para la toma de desiciones, para encontrar nuevos rumbos, para discernir los cambios y la renovación que la crisis te plantea. 

En cambio, si tu logras en medio de la desmantelación que toda crisis trae, percibir la oportunidad de renovación, de crecimiento, de alinearte con tu verdad esencial, la oportunidad de encontrar y desarrollar talentos y cualidades que probablemente se encuentren en estado latente, es entonces que tu puedes ver y aprovechar el momento coyuntural en el cual lo inestable es la constante. 

Manejar la percepción es manejar tu mente, una mente estabilizada, firme, fuerte, impermeable a los rumores negativos, al desanimo y al temor colectivo, es la que se precisa para atravesar con éxito los períodos de crisis. 

¿Cómo fortalecer tu mente? 
La meditación resulta ser una practica adecuada para lograr encauzar los pensamientos y disminuir la ansiedad. 

¿Qué es meditar? la palabra latina "meditation" es la traducción de la expresión sánscrita"dhyana", meditación significa "cavilar", "proyectar" "considerar", sin embargo no resulta ser una traducción apropiada, Dhyana significa "unir las cosas", la traducción al idioma chino es "chin lu" que significa contemplación tranquila, y la traducción al tibetano de la expresión dhyana es "bsam gtam" cuyo significado es "mente estabilizada" 

El verdadero propósito de meditar es estabilizar la mente, producir un estado de contemplación serena y tranquila. Esta es la idea central de meditar. 

Por este motivo, el de estabilizar la mente, disminuir la ansiedad, disipar las preocupaciones y demás beneficios es que la meditación es utilizada para el manejo y disminución del estres. 

En tiempos de crisis y de inestabilidad emocional se torna imprescindible encontrar los caminos para recuperar la estabilidad y la paz mental, tomarse el tiempo para re educar la mente y afianzar el estado de "presencia", el desarrollo del estado de presencia implica una conciencia más receptiva de todos los niveles de experiencia sean estos mentales, emocionales, físicos, energéticos y espirituales. 

Para encontrar la oportunidad de crecimiento en medio de las crisis hay que estar lo más centrado posible, al igual que el águila es recomendable ver las cosas con distancia , desde arriba, para mejorar la perspectiva y sentir auto-confianza en medio de la adversidad. 

Autor: Jorge Finozzi
Los síntomas del cambio. El karma.

Todas las leyes universales (la de la Abundancia, la de la Correspondencia, la de la Atracción, la del Ritmo, etc.) tienen su debido cumplimiento en cualquier acción y proceso que llegue a producirse o a no producirse en el Universo o, lo que es lo mismo, todas se dan al unísono en absoluta compatibilidad en cada momento. Una de estas leyes es la que se ha comentado antes, la Ley Universal de Causa y Efecto, o también conocida como Ley del Karma. Esta ley suele asociarse, de manera equivocada, a una reacción de castigo por errores o atropellos perpetrados en el pasado. 

Nada más lejos de la verdad.

Toda ley universal cuenta con un origen divino, pues constituyen las directrices con las que Dios creó y rige su Creación. Por tanto, todas ellas son amor y están basadas en el amor, incluido la misma Ley del Karma, que, por otro parte, no tiene otro propósito que el de brindar a todos los seres universales la oportunidad de experimentar, de nuevo, aquellas vivencias que no fueron capaces de armonizar en algunos de sus pasajes de existencia, con la consecuente aportación de energías distorsionadas que conllevan estas experiencias y que, a su vez, debían ser compensadas con las energías del amor, el perdón y la compasión, ateniéndonos a la premisa de que todo en el Universo tiende siempre al estado mayor equilibrio, llegándose, así, por parte de las almas a un estado de entendimiento mucho más completo y global del amor, vivido desde varios de los enfoques posibles, que en todo período de evolución se pretende.

Más allá de intentar averiguar si alguna cuestión propia responde a algún designio kármico, conviene repetir que la Ley de Causa y Efecto se manifiesta, al igual que el resto de leyes universales, en cada proceso por insignificante que parezca, como si de un nivel compensatorio se tratase en cada instante, y el hecho en sí de procurar esclarecer si algún acto o escenario obedece a tal o cual ley o motivo no deja de formar parte, sobre todo, de una actitud enredada en catalogar y etiquetar la realidad, propia de una mente medrosa y ávida de certezas y certidumbre más que de un estado de entendimiento que trasciende cualquier drama humano y que entiende que en la Luz y en el Amor no existe el juicio de la mente terrestre sobre lo que es bueno o malo, por terrorífico que algo pueda resultar. En las dimensiones más sutiles no existe el juicio. Es así como se concibe todo como parte del proceso de aprendizaje de cada ser en el Universo, que, a su vez, es sagrado y divino.

Aquellos puntos de inflexión en una trayectoria experimental llamados errores, fracasos o fallos no son más que el resultado del compendio de situaciones que son atraídas por cada ser humano debido a sus propios aspectos desajustados y no cualificados que, de esta forma, pueden ser identificados conscientemente para que, en el tiempo oportuno, se puedan tomar ciertas decisiones y acciones correctoras que supongan un avance evolutivo en este sentido. Son meras experiencias relativas al aprendizaje, sin que, por nuestras exigencias resistentes o expectativas, tengamos que cargar contra ellas.

En base a todo ello, son, en cambio, el amor y la compasión las energías que hacen posible la regeneración, sanación e integración de aquellos aspectos que salen a relucir en la realidad física, por muy cruentos y dolorosos que se sientan, procurando, así, revisión y resolución. Son estas energías las que facilitan la visión de la absoluta belleza que ostenta nuestro propio camino evolutivo en sí mismo, sin dramatizar en ninguna de sus etapas, sino más bien valorando el impulso que todas ellas, sean cuales fueren, pudieron aportarnos en cada momento. 

Téngase en consideración que la compasión dista un abismo de lo que, a veces, se intenta identificar como lástima, energía de victimismo por uno mismo o por otros que responde a la idea de ser menos o no merecedores de algo, cuando ya es sabido que la causa de todo cuanto acontece está en el propio individuo y, además, todo responde a un proceso sagrado de evolución basado y permitido en el amor.

La compasión es, así, el estado del ser que se sustenta en la energía de la profunda compresión de que todo se da según este proceso divino y sagrado existente en toda la Creación.